5 Al ver el Señor que la maldad del ser humano en la tierra era muy grande, y que todos sus pensamientos tendían siempre hacia el mal,6 se arrepintió de haber hecho al ser humano en la tierra, y le dolió en el corazón. Génesis 6
Es impresionante como Dios nos ama tanto, de verdad que en este mes he experimentado y visto como somos tan duros de corazón, tan obstinados en trazar nuestros propios caminos y dirigirnos por nuestros propios razonamientos. Escuchamos tantas veces que tenemos un Dios, pero en realidad no lo creemos, si lo creyéramos, no pasaría ni un día sin buscar en su palabra, la verdad y la vida.
Hoy en día después de ver el pasar de la historia, ver la vida de tantas personas que ha sido afectada por la crueldad y la maldad de otras, ver tantas épocas, tantas culturas, tantos ritos que lo único que han dejado en el corazón de Dios es: DOLOR. El corazón de Dios tiene dolor y la palabra dice que la creación entera está gimiendo por el regreso de Jesucristo en donde él establezca por siempre su autoridad y su reino.
Hoy experimenté un poco de la maldad que hay en el corazón de las personas, un poco de las semillas que otras personas han sembrado en ellas, el ver cómo de generación a generación se van transmitiendo abusos, cadenas de maldad, hábitos, desenfrenos que dan a luz muerte.
Pero también así como vi la maldad, entró en mi compasión, compasión de ver que hay tantas jovencitas, tantos jóvenes que necesitan sanar sus corazones, que han sufrido desde pequeños, que han tenido tal ves padres que los expusieron a abusos sexuales, maltrato, maldad, pornografía desde niños.
Hoy quiero dirigirme a las madres y padres de familia como un alerta, como una señal fuerte y punzante de parte de Dios. Hoy Dios ha puesto en tus manos hijos, pequeños seres que pueden ser destruidos en cuestión de minutos, si no ponemos atención y amor a ellos. Dios ha puesto un especial tesoro en nuestras manos para cuidar, amar, proteger, guíar y sobre todo encaminar a quién los creó, a Dios.
Hoy hubo un dolor en mi corazón, un dolor fuerte de ver como podemos muchas veces confiar en las personas, no tenemos idea de todo lo que hay en el corazón humano,
Marcos 7:21
Porque de adentro, del corazón humano, salen los malos pensamientos, la inmoralidad sexual, los robos, los homicidios, los adulterios,etc..,
Porque de adentro, del corazón humano, salen los malos pensamientos, la inmoralidad sexual, los robos, los homicidios, los adulterios,etc..,
No tenemos idea lo que puede haber en el corazón de tanta gente que tal ves a nuestros ojos parece confiable, amable, buena. Como padres se nos puede hacer tan fácil dejar a nuestros hijos con personas que creemos que son de confianza, o que a tus ojos parece gente que no podría salir de su corazón malos pensamientos, inmoralidad sexual, robo, homicidio, adulterio....
Padres de familia tenemos que poner atención con las personas con las que dejamos a nuestros hijos, los pensamientos del corazón del hombre son de contínuo al mal.
La maldad, la pornografía, la mentira, la inmoralidad sexual puede estar en corazón de las personas en quien confías a tus hijos. Servidumbre, enfermeras, tristemente aún familiares abusan a niños sexualmente, toques físicos, gente que puede exponer a tus hijos a pornografía o que simplemente tiene en su corazón robo o mentira. Te cuidado, de verdad que a veces no vemos la gravedad de las cosas o de lo que puede pasar al dejar a tus hijos con alguien que no eres TU.
Gracias a Dios tuve solo una alerta, pero me sirvió como una buena sacudida para darme cuenta de lo importante de no dejar ni confiar tanto en las personas. Una vida sin Dios, un corazón sin la palabra viva de Dios solo tiene maldad.
Como conclusión te insto a que pongamos especial atención en no dejar posible a nuestros hijos con choferes, maestros, servidumbre, aún familiares etc...por más confianza que creas tenerle, es preferible morir a nosotros o a ciertos planes que ver semillas de maldad sembradas en nuestros hijos por permitir momentos, tiempos, que no le corresponden a otros sino a nosotros como padres. Volvámonos más a nuestros hijos, volvámonos más a Dios, evitemos que la maldad inunde nuestras casas y evitemos que el corazón de Dios sienta más dolor.
